Del 4 al 7 de junio se desarrollarán en el Cero+Infinito las Jornadas Argentinas de Robótica (JAR 2024), que incluirán un panel de mujeres en robótica y tecnología para abordar la necesidad de acortar la brecha de género en estas áreas. Para conocer más sobre la problemática, el DC conversó con Florencia Grosso (Manager Técnica y Líder de Proyecto de Ekumen), Laura Cecchi (Investigadora del Grupo de Lenguajes e IA de la Universidad Nacional del Comahue), Paula Coto (Directora Ejecutiva de Chicas en Tecnología) y Tania Ferreyra (Investigadora en formación del Laboratorio de Robótica en el ICC), quienes tendrán un rol protagónico en este encuentro.
La robótica y la inteligencia artificial (IA) son campos que están experimentando un crecimiento vertiginoso. A pesar de que la representación femenina en estas áreas es tradicionalmente baja, día a día surgen nuevos ejemplos de mujeres que buscan liderar estas disciplinas, rompiendo los estereotipos de género y demostrando que la diversidad es clave para lograr un desarrollo más integral tanto en robótica como en la IA en general. Según la agenda de desarrollo sostenible para 2030, la participación femenina en el sector tecnológico resulta una prioridad.
De acuerdo con el movimiento STEM y la Organización Internacional del Trabajo, un 34% de las mujeres estudian carreras de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). En Argentina esa cifra se reduce a un 30% (particularmente en la UBA, donde un 20% cursa las carreras de Ingeniería y, en particular, alrededor de un 18% cursa Ciencias de la Computación).
Desde el punto de vista laboral, las mujeres sólo representan el 30% del total en estos puestos, lo cual resulta conflictivo: los empleos asociados a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática -habitualmente denominadas como disciplinas STEM – no sólo ofrecen buenas oportunidades laborales en el presente, sino que tienen, además, mejores perspectivas de desarrollo a futuro. Las causas de este problema se relacionan con varios motivos, como los denominados “techos de cristal”, la brecha en los sueldos entre mujeres y varones (y otras identidades), condiciones de trabajo que afectan al desarrollo de las mujeres e incluso las lógicas propias de la incorporación laboral (condiciones, estereotipos o sesgos) que las terminan excluyendo de estos espacios.
El caso de la robótica es muy particular: la presencia de mujeres o diversidades en robótica resulta fundamental para la creación de soluciones tecnológicas que satisfagan las necesidades de todas las personas integrantes de la sociedad, independientemente de su género. Al mismo tiempo, las mujeres aportan una perspectiva no tan representada en el diseño y desarrollo de tecnologías, y su presencia en la industria es esencial para lograr un progreso significativo y duradero. Resulta paradójico que hoy Estados Unidos sea una especie de muestra del futuro donde las mujeres ocupan diferentes roles tecnológicos (desde desarrolladoras de software e ingenieras en hardware, hasta directoras de proyectos o ejecutivas) que inspiran a otras a que se sumen; pero que, aún así, las estadísticas evidencien que sólo el 7% de los puestos de ingeniería en robótica en ese país son cubiertos por mujeres.
Cómo alcanzar la diversidad de género en el campo de la robótica
Florencia Grosso es Manager Técnica en la empresa argentina de robótica Ekumen. Y relata con entusiasmo su experiencia, “recuerdo que cuando salí a buscar mi lugar como ingeniera electrónica en el mundo laboral, la robótica no fue una opción que tuviera en mente. No porque no me gustara sino porque pensaba que no se hacía acá. Hasta que conocí a Ekumen y esa mirada cambió”, afirma. Hoy su trabajo es una fusión de varios roles: desarrolladora de software en proyectos de robótica (principalmente relacionados con flotas de robots de servicio que se programan con o sin ROS), líder de proyectos, mentora y mánager de un equipo técnico.
“Me apasiona poder crear y darle vida a tecnologías de punta que contribuyen a la evolución de la industria y que buscan cambiar la vida de las personas. También me encanta poder usar toda la experiencia que voy acumulando en mi mochila para acompañar a otras personas en esta carrera y potenciar sus oportunidades”, comenta.
Desde hace unos años, Grosso participa en Women In Robotics (WIR), una comunidad global que apoya a las mujeres que trabajan en robótica y fomenta las vocaciones de mujeres que quieran trabajar en el área, propiciando la diversidad tanto en la academia como en la industria. “Durante estos siete años en robótica he tenido la oportunidad de conocer a maravillosas mujeres que no sólo te inspiran sino que te tienden una mano y te conectan con la comunidad”, subraya la ingeniera.
En lo que hace al ámbito académico, Laura Cecchi es profesora e investigadora del Grupo de Lenguajes e Inteligencia Artificial de la Universidad Nacional del Comahue. Sus temas de investigación están relacionados con la Inteligencia Artificial, la Programación Lógica y la Educación de las Ciencias de la Computación. Actualmente estudia sobre el impacto de la IA Generativa en la generación de narrativas y sesgos en el ámbito educativo y se esfuerza en promover la igualdad de género en los campos STEM.
En este aspecto, la investigadora argumenta que las aplicaciones de IA Generativa están conducidas por grandes conjuntos de datos, que estos datos en general reflejan los prejuicios de la sociedad y, por lo tanto, traen consigo estereotipos culturales. Entonces se presenta como una problemática el hecho de que, en sus resultados, los sistemas de IA pueden perpetuar o reforzar los sesgos humanos.
“En el ámbito educativo, la generación de narrativas, puede revelar sesgos asociados a la relación entre profesiones y género. Por ejemplo, existe una tendencia de algunos sistemas de IA Generativa a referirse a roles femeninos asociados a tareas domésticas o de asistencia, en vez de destacar a mujeres líderes y profesionales en STEM, entre otras. Esto vuelve el problema un círculo vicioso, especialmente si dichas narrativas se utilizan sin verificación creando un imaginario que refuerza los estereotipos preexistentes del rol femenino”, detalla Cecchi.
Y sitúa una posible solución en la enseñanza y el desarrollo ético de la IA, “el desafío es desarrollar sistemas basados en IA que mitiguen estas desigualdades de género en todos los dominios de aplicación, con datos que reflejen una representación justa de todos los grupos y con equipos de desarrollo heterogéneos en cuanto a género (por ejemplo, evitar prácticas discriminatorias en la toma de decisión al contratar empleados). Asimismo, se necesita alfabetizar a toda la sociedad, en poblaciones técnicas y no técnicas, sobre qué es la IA y cómo algunos sistemas pueden reflejar desigualdad de género”.
Por su parte, Paula Coto, Directora Ejecutiva de la organización Chicas en Tecnología, señala un contexto donde las mujeres jóvenes creen que no están capacitadas para utilizar la tecnología y recursos digitales, y se auto perciben como menos capaces que sus pares varones para desempeñarse en determinados empleos vinculados a disciplinas STEM, independientemente de si son igual de competentes o si cuentan con mejores desempeños académicos. “Esto tiene que ver con diversos factores -agrega la especialista- entre ellos, los entornos familiares, las distinciones de género que se manifiestan desde la primera infancia en estereotipos visibles, por ejemplo, a través de los juegos y juguetes. Para ilustrar, los niños juegan con bloques y herramientas para construir y explorar; las niñas reciben muñecas, maquillajes y escobas. Luego, estas construcciones se replican a la hora de formar sus intereses y elegir sus caminos”.
Desde Chicas en Tecnología se realiza un trabajo integral que aborda la generación de evidencia para dimensionar la brecha de género, el acompañamiento a jóvenes en estas temáticas y el trabajo con el ecosistema tecnológico para la ampliación de oportunidades de desarrollo en el sector. “Estamos convencidas de la importancia de acercar a las jóvenes al mundo de la tecnología desde temprana edad. Para eso, llevamos adelante programas gratuitos enfocados en jóvenes de 13 a 23 años que transitan distintos momentos en sus recorridos personales, académicos y laborales. Sabemos del valor de estas iniciativas para inspirarlas y acompañarlas transversalmente, motivarlas y formarlas acerca de lo que implica trabajar en el sector. Las acompañamos también en sus primeros pasos de empleabilidad para que apuesten por sus recorridos y puedan ser la próxima generación de mujeres líderes”, asevera Coto.
El caso de Tania Ferreyra -investigadora en formación del Instituto de Ciencias de la Computación (ICC) en el Laboratorio de Robótica y Sistemas Embebidos– resulta ejemplificador como carrera en desarrollo: “Siempre me atrajo la robótica, pero desde fuera, nunca me animaba a meterme porque no sabía por dónde empezar. Hasta que a finales de mi carrera como ingeniera electrónica un amigo (Sebastián Sansoni, quien ahora está terminando su doctorado en el Instituto de Automática de San Juan y estará a cargo del taller de ROS2 para la JAR2024) me convenció de hacer juntos un robot seguidor de línea como proyecto final de una materia en lugar de rendir el tradicional examen final. Lo que inicialmente iba a ser un trabajo de mes y medio nos llevó medio año, pero fue sumamente divertido, aprendí un montón y me mostró que si quería podía meterme en robótica. Así que después de esa experiencia decidí enfrentar mis miedos, animarme y dedicar mi doctorado a eso”, cuenta en detalle.
Actualmente Ferreyra se encuentra trabajando en el aprendizaje por refuerzo profundo para la locomoción de robots hexápodos bio-inspirados (tipo arácnidos). En cuanto al ámbito de la investigación en robótica, recalca que su experiencia en el ICC hasta ahora ha sido positiva. No obstante, la proporción de mujeres es algo que le preocupa cada vez que lo piensa. “Deberíamos ser muchas más y es evidente que hay barreras de todo tipo (sociales, económicas, culturales, etc.) que están impidiendo que lleguen más compañeras a nuestra comunidad. Es difícil aportar desde lo cotidiano a mejorar esta problemática, en mi caso el doctorado tira mucho con sus demandas de tiempo y energía, pero personalmente no quisiera irme sin sumar más mujeres a nuestro laboratorio”.
¿Qué propuestas serían fundamentales para atraer a más mujeres hacia carreras STEM y a disciplinas tales como la robótica, derribando estos estereotipos?
Ante el interrogante, Grosso considera que es indispensable dividir los esfuerzos entre las distintas poblaciones involucradas:
1) En edades tempranas es recomendable empezar a llevar la ingeniería a las niñas y adolescentes para que ésta sea una opción en su desarrollo. Iniciativas como Chicas en Tecnología o Roboteam muestran que esta población tiene la curiosidad y el interés por empezar a formarse en carreras técnicas, y que muchas veces necesita ese puente para alcanzarlas.
2) A nivel universitario, garantizar que las universidades sean un lugar donde las mujeres puedan sentir que también pertenecen, incluso impulsando becas de diversidad que brinden oportunidades para capacitarse y conectarse con el resto del mundo.
3) En el ámbito laboral, ya sea en la industria o la academia, los programas de mentorías y de entrenamiento resultan de gran ayuda. “En Ekumen hoy tenemos, por ejemplo, un grupo llamado Eku-ity (haciendo el juego de palabras) que busca, entre otras cosas, fomentar la participación de las mujeres en tecnología y darles oportunidades de crecimiento en los distintos roles en los que deseen desempeñarse”, afirma Grosso.
4) También es muy importante el trabajo de las organizaciones como Women In Robotics que visibilizan a las mujeres en robótica. Entre otras acciones, WIR elabora una lista anual de las ”50 mujeres en robótica sobre las que tienes que conocer” en la cual durante los últimos cinco años hubo al menos tres argentinas destacadas: Marcela Riccillo, Belén Torres y Florencia Grosso. Tal como señala Andra Keay, fundadora de WIR, “no podemos pensar en construir robots destinados a toda la población si solamente el 50% de la misma es quien tiene oportunidad de crearlos. Necesitamos miradas distintas en toda la cadena de producción”.
En tanto que Cecchi considera que las iniciativas deben abarcar toda la escolaridad obligatoria y respaldarse con políticas públicas y privadas que aseguren que las mujeres profesionales puedan desempeñarse con todo su potencial en diversas esferas laborales y en igualdad de condiciones:
1) Un primer paso debe provenir de la familia, fomentando igualdad de oportunidades para las niñas y los niños, evitando los prejuicios y empoderando a las niñas a aprender sobre ciencia.
2) Otro aspecto fundamental es la enseñanza de Ciencias de la Computación y la Robótica desde edades tempranas, “permitiendo que las niñas reconozcan su capacidad para desenvolverse en este ámbito y que desarrollen preferencias por las materias científicas y tecnológicas. En este sentido, hay que tener en cuenta que el material educativo no refleje los estereotipos sociales y que las niñas tengan las mismas oportunidades que sus pares masculinos en el desarrollo de proyectos científicos educativos”, afirma Cecchi.
3) Por último, resulta importante visualizar y destacar a mujeres que desarrollan actividades en STEM y que puedan inspirar a las niñas, para revertir la idea de escasez de roles y promover a la universidad como una instancia alcanzable en su vida académica.
Desde Chicas en Tecnología, Coto comenta cuál es la perspectiva institucional de la organización para acercar a más mujeres a las disciplinas STEM:
1) Es fundamental trabajar colectivamente para lograr un cambio, por eso trabajamos junto al ecosistema tecnológico. Sin embargo, también consideramos que es importante involucrar a la sociedad entera en la problemática ya que la tecnología atraviesa las rutinas de todas las personas. Esto permitirá generar cambios culturales en profundidad orientados a mejorar las condiciones y oportunidades de las futuras generaciones, su acceso y permanencia en el sector y el desarrollo de sociedades más inclusivas. En esta línea, es importante visibilizar y sensibilizar sobre la importancia de la equidad económica de género y sobre la relevancia que la ciencia y tecnología tienen en el futuro y crecimiento del país.
2) Necesitamos fortalecer la perspectiva de género en educación desde temprana edad para motivar e incentivar a que más niñas y adolescentes se interesen por disciplinas STEM, derribando los estereotipos de género. Tanto en el desarrollo de prácticas y la actualización de programas curriculares que incorporen contenidos tecnológicos, como en un abordaje sostenido desde la formación a docentes en la sensibilización y tratamiento de sesgos que inhiben posibles recorridos de las jóvenes en estas áreas.
3) Claramente la ciencia y la tecnología son los ámbitos en los que se conciben soluciones a las distintas necesidades y problemáticas de toda la sociedad (por lo que no se limita a ser un problema de carreras profesionales individuales) . Mientras las mujeres y otros grupos minoritarios sigan subrepresentados en las disciplinas que lideran el avance tecnológico, también habrá sesgos en el diseño de los servicios y productos que llegan al mercado, así como talento, ideas y potencial de innovación desaprovechados y problemas por resolver sin identificar. Creemos que es necesario atraer talento diverso a las empresas de tecnología para que puedan enriquecer el desarrollo de soluciones y la mirada sobre las problemáticas a resolver.
Mujeres en las JAR2024
Las Jornadas Argentinas de Robótica – JAR 2024, se realizarán del 4 al 7 de junio en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-UBA (en el nuevo edificio Cero+Infinito de Ciudad Universitaria y por primera vez en la UBA). El objetivo principal es generar un espacio de reunión para la comunidad de investigación y desarrollo de Argentina y de la región cuyo interés y dedicación están puestos en la robótica. En su XII edición, el programa de las JAR abarcará charlas plenarias dictadas por conferencistas nacionales distinguidos e investigadores extranjeros reconocidos internacionalmente, múltiples sesiones de presentaciones de trabajos, talleres, espacios de debate, exposiciones y stands de robots y actividades de vinculación con la industria. El evento también incluirá un panel de mujeres en robótica y tecnología, para abordar la necesidad de acortar la brecha de género, con la presencia de mujeres referentes en la disciplina. Sin dudas, será un espacio único e inmejorable para brindar un panorama completo de la investigación, el desarrollo y el potencial productivo de la robótica tanto en la Argentina como en la región.
En cuanto a las expectativas previas de las mujeres que dictarán sus charlas plenarias, Florencia Grosso puntualiza, “me gustaría poder compartir mi experiencia con otras mujeres e incentivarlas a desarrollar su carrera en robótica. Como suelo decir, el acceso a la información es un primer paso para conocer esta disciplina y considerarla como una posibilidad a futuro. Por otro lado, me gustaría poder conectar con los asistentes y trabajar juntos para armar un capítulo de Women In Robotics en Argentina. Es algo que hemos estado deseando por mucho tiempo con mi colega Belén Torres y que necesita de una comunidad diversa para impulsarlo. Ojalá sea este el momento”.
Mientras que Laura Cecchi, reflexiona, “me gustaría inspirar a la audiencia a tomar medidas concretas para abordar las causas de la subrepresentación femenina en carreras STEM, contextualizándolas en el entorno social y brindando una comprensión más profunda”. Al mismo tiempo, la investigadora espera colaborar en la alfabetización sobre el uso de sistemas basados en IA y conducidos por datos y cree que es una oportunidad óptima para fomentar a aquellas jóvenes que están graduándose en disciplinas STEM, un mayor interés en la carrera académica”.
A su vez, Paula Coto asegura que está entusiasmada por la oportunidad de participar en esta edición de las JAR, “espero que estas jornadas sean un espacio enriquecedor de reflexión y construcción conjunta. Estoy ansiosa por colaborar y dialogar con otros participantes para abordar los desafíos actuales y diseñar intervenciones colectivas que nos acerquen a la equidad. Creo firmemente que juntos podemos generar cambios significativos y duraderos”.
Por último, Tania Ferreyra, quien estará a cargo de moderar el Panel de Mujeres en Robótica, explica que el problema de desigualdad de género es aún mayor en la comunidad de robótica y que en la edición anterior de las JAR la cantidad de mujeres que participaron fue abismalmente baja. “Esta situación nos preocupa y nuestra intención con el panel de Mujeres en Robótica es empezar a abordar explícitamente la temática. Nos gustaría convencer a nuestros colegas robotistas de la importancia de esta problemática y de la pérdida de potencial humano que implica no hacer esfuerzos conscientes por mejorar las cosas, así como mandar un mensaje claro a todes les que podamos de nuestra intención de revertir esta situación y nuestra disposición para ayudar a mujeres y disidencias para que puedan acercarse a nuestra comunidad, conocernos, preguntar lo que quieran, pedirnos ayuda o ver posibilidades de sumarse ahora o en un futuro a la comunidad de robotistas de la Argentina”, concluye.