Diego Fernández Slezak y Facundo Carrillo, investigadores del Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada del ICC, publicaron un estudio en la prestigiosa revista World Psychiatry.

El artículo científico describe un método que permite detectar con más de dos años de anticipación y con alta precisión si una persona padecerá un brote psicótico. Fue publicado recientemente en World Psychiatry (rankeada en primer lugar entre las publicaciones de psiquiatría del mundo) demuestra que el análisis automático del lenguaje puede predecir un brote psicótico con una precisión muchísimo mayor que la que se consigue actualmente en el consultorio médico. La técnica podría también aplicarse a otros problemas mentales, como el Parkinson o las demencias.

Diego Fernández Slezak y Facundo Carrillo son los autores de este estudio, publicado junto a otros investigadores de universidades extranjeras. Ambos son investigadores del Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada (LIAA) perteneciente al Instituto UBA-CONICET de Ciencias de la Computación (ICC) y docentes del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-UBA.

Se trata de la continuación de otro trabajo científico (publicado en 2016 en la revista científica Schizophrenia) donde se presentó el algoritmo que cuantifica la típica deformación del lenguaje de pacientes con esquizofrenia y se trabajó con 34 pacientes, lo cual según los investigadores resultaba una muestra pequeña. “En el trabajo anterior y en este lo probamos en sujetos que la clínica considera de alto riesgo pero que no son patológicos. Lo interesante de este trabajo es que pudimos replicar los resultados del anterior incluso mezclando los sujetos de las dos cohortes (se agregaron 59 pacientes más más cuyo seguimiento durante más de dos años resultó en que 19 de ellos sufrieron algún brote psicótico). Esto es sumamente importante en un ambiente donde la cantidad de sujetos no es muy grande y la multidimensionalidad del espacio a estudiar sí lo es. Es decir, es nueva evidencia que sostiene y vuelve robusto nuestro modelo”, afirma Diego Fernández Slezak.

Cabe destacar que las entrevistas estandarizadas que se efectúan actualmente en un consultorio médico tienen una precisión del 30 al 35 % en la detección de pacientes que sufrirán un ataque psicótico. Es decir, que siete de cada diez personas diagnosticadas como “de riesgo” en realidad no lo son. Sin embargo, mediante las técnicas de análisis automático del lenguaje utilizadas en este estudio se logró reducir el error, pudiendo predecir el brote psicótico con una precisión del 83%.

¿Por qué se obtuvo esta diferencia de precisión?

Fernández Slezak: “Los métodos actuales de consultorio se basan en test estandarizados, con series de preguntas subjetivas, donde en muchas de ellas el entrevistador debe interpretar la respuesta del paciente y cuantificarla en una escala del 1 al 5 por ejemplo. Estas baterías de test y herramientas psiquiátricas son construidas en función a cómo responden a lo largo del tiempo, se revisitan cada cierto tiempo y se cambian. En la psiquiatría existen casos donde lo que ayer fue considerado una patología hoy ya no lo es, o tal vez lo que ayer se entendía como una enfermedad hoy se comprende como dos distintas o un conjunto de ellas. Este marco experimental donde los métodos mutan es exactamente igual que el que usamos nosotros. Es decir, armamos un algoritmo motivado por las descripciones psiquiátricas y lo fuimos cambiando en función a cuán bien funcionaban. Creo que tal vez es más fácil modificar un algoritmo que una escala psiquiátrica y por eso podemos avanzar más rápido”.

Pero el trabajo no tiene por qué limitarse al campo de la psicosis. La posibilidad de acceder a información del estado mental de un individuo también podría aplicarse al Parkinson, a las demencias, a la depresión, a la bipolaridad y a otros problemas mentales, según comentan los autores.

Por último, además de continuar en la búsqueda de más pacientes para seguir ampliando la muestra, el desafío que tienen ahora los investigadores del LIAA es tratar de efectuar estos estudios en la Argentina y trasladar el prototipo del laboratorio al ámbito hospitalario. “Estamos en un diálogo muy fluido con instituciones dedicadas a la salud mental. Nos gustaría seguir avanzando académicamente con este paradigma para en algún futuro constituirlo como una herramienta clínica más de la psiquiatría”, concluye Fernández Slezak.