A más de medio siglo de la creación de la primera carrera de Computación en Argentina, sus graduados y graduadas siguen siendo muy demandados para la sociedad y cumplen un rol central para el desarrollo del conocimiento científico-tecnológico. Desde 1963 a la actualidad, se graduaron en Exactas más de 3000 profesionales.
Al momento de escribir estas líneas se están cumpliendo 57 años de la creación de la carrera de Computador Científico, la primera carrera universitaria de computación de Argentina y Latinoamérica.
Para comprender este proceso histórico es necesario reseñar, por un lado, el incansable trabajo de Manuel Sadosky (1914-2005) así como de toda la generación pionera de la época en el desarrollo de la computación en el país y, por otro lado, los tres pilares en los que se basó la informática en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales: 1) la adquisición de la primera computadora científica Clementina, 2) la creación y fortalecimiento del Instituto de Cálculo y 3) la creación de la primera carrera de Computador Científico.
Entre los documentos que dan cuenta de su nacimiento, se encuentra una nota firmada por el entonces jefe adjunto del Departamento de Matemática, José Babini, con fecha 19 de septiembre de 1962, en la que se indica que el claustro “ha considerado un proyecto presentado por los profesores Manuel Sadosky y Pedro Zadunaisky acerca de la posibilidad de la creación de la carrera de computador científico fundándose en la creciente incidencia del uso de la computadora electrónica en las actividades científicas y técnicas, y en la consiguiente exigencia en formar a los expertos necesarios para satisfacer la demanda en esta materia”. La iniciativa en poco menos de un año logró plasmarse tras los trámites de rigor que culminaron con la resolución 727 de 1963 del Consejo Superior de la UBA.
Esa nota de creación indicaba con precisión la materias que incluiría la nueva carrera: Obligatorias: Análisis Matemático I, Álgebra, Geometría I, Análisis Matemático II, Probabilidad y Estadísticas, Análisis Matemático III (comunes con la Licenciatura en Matemáticas o Física), Programación, Cálculo Numérico I, Cálculo Numérico II, Investigación Operativa, Seminario de Computación. Optativas: Estadística, Física, Economía, Complementos de Programación, etc.
La idea de Sadosky y sus colaboradores era que la computadora significaba una herramienta muy relevante para el apoyo al trabajo de los científicos y había entonces que tratar de formar auxiliares de científicos o personas que pudieran resolver problemas de cálculo numérico en general, una filosofía que claramente puede detectarse en el plan de estudios.
“Si bien la carrera entonces era de tres años y medio de duración, en 1964 se pudieron recibir los primeros computadores científicos y esto era porque estudiantes que ya tenían materias de física o de matemática aprobadas, sólo tuvieron que hacer algunas materias faltantes, puramente de computación, para obtener esta especialidad pensada como auxiliar del científico”, precisó Pablo Jacovkis, en el 50º aniversario de la carrera. Jacovkis fue decano de la Facultad y es un reconocido investigador e historiador de la computación argentina, autor del libro “De Clementina al siglo XXI. Breve historia de la computación en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA”, que repasa los hechos más significativos en la materia.
Como bien señaló la primera egresada de la carrera, Victoria Bajar (1942-2016), en una entrevista inédita con el DC, la creación de la carrera significó un punto de inflexión en el devenir académico de la universidad. “En ese entonces la Computación estaba rodeada de un halo de confusiones: desde la idea de ‘cerebros electrónicos’ hasta la teoría del desplazamiento del hombre por la máquina. Aunque no estaba claro ni siquiera para nosotros qué era la disciplina, no cabía duda de que era un dominio de conocimiento autónomo y ameritaba la existencia de una carrera específica. La evidencia para algunos, era rechazo para muchos otros. Pero trabajando y elaborando ideas se logró avanzar en el marco de la disciplina”, subraya Bajar. Y comenta que particularmente ella había dictado la materia Programación con Julián Aráoz para la novel carrera, siendo aún estudiante. “Haber logrado la aprobación de la carrera en 1963 fue algo de vanguardia. Porque al institucionalizar la carrera, se reconoció la autonomía de la disciplina y se dio lugar a la muy necesaria formación de recursos humanos en ella, con nivel universitario”.
A lo largo de los siguientes años el enfoque fue girando lentamente hacia áreas más centradas en ciencias de la computación. Cabe mencionar que recién en 1968 la Association for Computing Machinery (ACM) formuló su primer plan de estudios de “bachelor” para computación y la carrera se fue adaptando a esos criterios, lo cual demuestra que Argentina no estaba nada desfasada respecto al ámbito internacional de la disciplina.
Al mismo tiempo, es interesante tener en cuenta el contexto político y social reinante de la época. Como explicó Raúl Carnota -y otros autores historiadores de la computación- los avatares políticos influyeron en forma sorprendentemente directa en los planes de estudio de Computación de Exactas. Recordar que al ser derrocado el gobierno constitucional de Illia, el proyecto reformista en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (y en varias instituciones universitarias) fue completamente destruido, lo que lamentablemente se coronó con la “jubilación” de la computadora Clementina en 1971, después de diez años de servicio.
![]() Imagen del Pabellón 1 en 1962 |
![]() Manuel Sadosky y Rebeca Guber |
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![]() Programadoras de Clementina en el Instituto de Cálculo |
![]() Primeros graduados de la Carrera de Computador Científico |
Hacia la creación de la Licenciatura en Ciencias de la Computación
Desde la fundación del Instituto de Cálculo (IC) a fines de la década del ‘50 y la carrera de Computador Científico a principios de los ‘60, el perfil de la carrera había cambiado drásticamente. De ser una herramienta para las demás disciplinas, la computación ya iba perfilando un campo disciplinar propio, con objetos de estudio y metodologías novedosas que incluso seguían en proceso de transformación. Recordar que a lo largo de los años ’60 y ’70 hubo diversos intentos de crear una Licenciatura que finalmente no prosperaron. Lo que se buscaba, en definitiva, era otorgarle la misma jerarquía a los estudiantes de Computación que a los de las demás carreras de la Facultad.
Pero en los últimos años de la dictadura militar y con la restauración democrática, el panorama disciplinar empezó a reconvertirse. Por resolución CS Nº 607 del 6 de agosto de 1982, el rector Alberto Rodríguez Varela, resolvió aprobar la carrera de Licenciatura en Ciencias de la Computación, transformando la antigua carrera de Computador Científico. La Licenciatura constaría de las siguientes materias: Análisis matemático I, Álgebra I, Análisis Matemático II, Introducción a la Computación, Geometría I, Elementos de Probabilidad y Estadística (comunes con Matemática), Cálculo Numérico I, Programación I, Investigación Operativa I, Cálculo Numérico II, Inteligencia Artificial, Sistemas de Procesamientos de Datos, Teoría de Lenguajes de Programación, Programación II, Sistemas Operativos, Bases de Datos, Trabajo de Seminario (además el plan contemplaba que debían reunirse 15 puntos de optativas).
Al contar con la alternativa de que los estudiantes de grado pudieran tener un título que esté a la altura de otras ciencias, la nueva carrera define sus incumbencias de este modo:
- Diseñar, desarrollar y mantener programas básicos y de aplicación (software).
- Evaluar y poner en funcionamiento el software ya desarrollado.
- Efectuar estudios técnico-computacionales de proyectos que involucran uso de computadora.
- Promover las aplicaciones a las nuevas áreas.
Estas incumbencias recién fueron aprobadas por el Ministerio de Educación el 8 de marzo de 1983.
Por su parte, Carlos Borches del programa de historia de Exactas-UBA describió someramente cómo finalizó ese proceso, con la creación formal del DC “muchos creían que era hora de sacar a la Computación del IC, que por entonces formaba parte del Departamento de Matemática, y crear un Departamento específico. Pero no eran pocos los que le bajaban el precio a la computación. Luego de diversas gestiones, en 1984, Gregorio Klimovsky –decano normalizador de la Facultad- creó una comisión para discutir si Computación era una mera técnica auxiliar de otras actividades científicas o, por el contrario, era el momento de jerarquizarla y ponerla a la altura del resto de las disciplinas de Exactas. La comisión se expidió a fin de año, y el 10 de enero de 1985 Klimovsky firmaba la resolución creando el Departamento de Computación (DC). Su primer director fue Hugo Scolnik, quien hasta ese entonces era director interino del IC”.

Resolución de creación del DC