Reportes del sector de software señalan que se necesita más del doble de profesionales por año en carreras de Computación. Entre 2018 y 2019, los salarios promedio de un programador se actualizaron un 40%. A diferencia de otros sectores de la industria, el software y los servicios informáticos siguen requiriendo personal calificado. También existe una brecha de género que afecta al sector. En esta nota: la mirada de tres especialistas sobre el problema y las oportunidades que genera.

Por Ignacio Uman

Cada año no se pueden cubrir aproximadamente 6.000 puestos en la industria de software por falta de profesionales, según la Cámara de la Industria Argentina del Software y Servicios Informáticos (CESSI). Este sector emplea a 107.000 personas y representa una de las principales exportaciones de valor agregado. Según datos del 2017, la industria tuvo un crecimiento de ventas del 28% anual e ingresos desde el exterior de un 26%, marcando un récord histórico en exportaciones de software (ver más información de reporte anual y ver noticia).

Al mismo tiempo, de acuerdo a fuentes de la Fundación Sadosky, institución público-privada de investigación y desarrollo en TIC, se reciben 4.000 egresados por año, cuando la industria requiere más del doble.

En este contexto, una de las fuertes ventajas competitivas de la industria de software es el crecimiento de las exportaciones con valor agregado y la demanda de personal calificado, siendo un sector que claramente sigue creciendo a pesar de los vaivenes económicos del país. Sin ir más lejos, el empleo en servicios informáticos creció un 42,2% entre 2008 y 2017, a una tasa anual acumulativa del 4%.

Por otro lado, los salarios del sector parecen acompañar esta demanda de recursos humanos. Según la encuesta anual de la CESSI, en enero de 2019 el sueldo promedio de programadores y programadoras se incrementó un 40,2% respecto a enero de 2018. Específicamente un programador sin experiencia (junior) cobra $ 30.471, un programador con alguna experiencia (semi-senior) $ 43.471 mientras que un programador con experiencia (senior) percibe $ 58.880 por su trabajo. Para conocer más sobre este tema, el Departamento de Computación (DC) de Exactas-UBA difundió un relevamiento reciente realizado por Sysarmy, el cual mostró que los sueldos Senior son más altos para quienes estudiaron la Licenciatura en Ciencias de la Computación (ver nota anterior).

En cuanto al nivel de estudios formales del personal de software, sondeado por la CESSI entre 153 empresas de todo el país, se evidencia que es muy elevado. El 64% posee formación universitaria, siendo un 43% de profesionales en sistemas (licenciados o ingenieros en sistemas). Sin embargo, un 40% de éstos no ha finalizado sus estudios. Además el informe indica que las empresas de tecnologías de la información tiene una rotación de más del 25% de su personal, lo que da cuenta de la alta demanda y la baja oferta de recursos humanos calificados en el sector.

Al mismo tiempo, la brecha de género en las carreras de tecnología es otro de los temas que no deja de preocupar. Un informe sin precedentes, realizado por la organización Chicas en Tecnología e INTAL BID, muestra que en el sistema universitario CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se registraron apenas un 33% de mujeres frente a un 67% de hombres, entre 2010 y 2016, incluyendo tanto a las universidades públicas como privadas de Argentina. Tomando los datos de 2016, solamente un 12% de mujeres se inscribieron a estas carreras. La investigación, que contempla información de más de 1700 carreras a nivel nacional durante 6 años junto a entrevistas a mujeres que se desempeñan en el ambiente emprendedor tecnológico y científico, señala que al intentar acceder, mantener y promoverse en una posición laboral, la mayoría de las mujeres enfrentan barreras vinculadas a estereotipos de género (ver informe completo).

Cómo fomentar las vocaciones tecnológicas

La escasez de profesionales en las disciplinas CTIM es un problema global, del que la Argentina no está exenta. Estas disciplinas representan la base de la industria del conocimiento y serán el pilar de una gran cantidad de empleos que aún no han sido creados. De hecho, estudios de prospectiva afirman que el avance de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la Robótica y la Inteligencia Artificial causarán que el 47% de los empleos actuales se modifiquen o desaparezcan en los próximos años.

Ante este panorama adverso, resulta fundamental desarrollar acciones sistemáticas para estimular el interés por estas disciplinas a los y las jóvenes, y fomentar las vocaciones tecnológicas.

Desde el año 2012, el programa de Vocaciones en TIC de la Fundación Sadosky trabaja para resolver uno de los problemas estructurales que limitan el crecimiento de la industria del software en la Argentina: la falta de recursos humanos calificados. Este problema se manifiesta como un desinterés de los jóvenes por elegir carreras informáticas”, puntualiza Fernando Schapachnik, director del Programa Vocaciones en TIC de la Fundación Sadosky, miembro de Program.ar y profesor del DC.

Diversos estudios a nivel mundial, así como algunos realizados por la propia Fundación Sadosky, muestran que la baja tasa de elección de la informática por parte de los y las jóvenes se debe a factores culturales de diverso tipo, muchos de los cuales comienzan a actuar desde la temprana infancia. Ese es uno de los ejes fundamentales de otro programa de la Fundación Sadosky, la Iniciativa Program.AR, que al trabajar para que la enseñanza y el aprendizaje de las Ciencias de la Computación lleguen a todos los niveles de la escuela argentina, apunta a las causas de fondo del problema.

Complementariamente con este enfoque de largo plazo, el programa Vocaciones en TIC trabaja en el corto plazo, buscando incentivar el ingreso a carreras informáticas en todo el país. Se trata de un programa por el cual la Fundación Sadosky selecciona, capacita y fondea a equipos de estudiantes universitarios de todo el país para que realicen talleres de programación en escuelas secundarias, mostrando que la informática puede ser una tarea interesante, estimulante, divertida, y que puede estudiarse en instituciones públicas y gratuitas de gran nivel académico en todo el país, accesibles para el estudiantado de las escuelas argentinas sin necesidad de ‘ser un genio’”, plantea Schapachnik.

En relación a estos talleres, que también se dictan desde el DC, un equipo docente trabaja durante dos jornadas con los y las estudiantes en esta modalidad, usando conceptos básicos de programación y se construye un juego con la herramienta Alice, utilizando el enfoque didáctico de aprendizaje por indagación. Al finalizar, se hace una presentación de qué significa trabajar y estudiar en el sector tecnológico y se brinda información sobre las posibilidades de hacerlo localmente, invitándoles a considerar esa posibilidad para su propia elección de carrera.

Una reciente evaluación externa realizada por la Fundación Quántitas ha mostrado una mejora respecto al ingreso a las carreras informáticas. El estudio, de carácter muestral, permite observar que si bien desde el año 2016 se observa un crecimiento generalizado, aquellos distritos en los que se desarrolla el programa Vocaciones en TIC muestran tasas de incremento sensiblemente superiores en la inscripción a carreras informáticas.

Frente a la pregunta de por qué considera fundamental la formación en informática, el especialista de la Fundación Sadosky afirma que “sin conocimientos profundos sobre informática no es posible entender el mundo tecnológico que nos rodea ni participar de los debates de nuestra época como voto electrónico, neutralidad de la red, etc.”.

Desde hace casi 4 años, la organización sin fines de lucro Chicas en Tecnología, se propuso poner manos a la obra para derribar las barreras existentes que impiden que más niñas y jóvenes descubran el mundo digital. “Teniendo en cuenta que la representación de género en la creación de soluciones tecnológicas es insuficiente (tan sólo el 6% de las aplicaciones de todo el mundo son creadas por mujeres), encontrar a chicas jóvenes que piensan problemas y soluciones adaptadas a sus necesidades, es revolucionario. Trabajamos fuertemente para que los estereotipos de género presentes en el ámbito tecnológico desaparezcan, para eso proporcionamos conocimiento e información sobre estas temáticas, ofrecemos oportunidades de formación de calidad y creamos redes y comunidades que incentiven a niñas y adolescentes a explorar el mundo desde la tecnología”, señala Julieta Sayar, coordinadora de programas de Chicas en Tecnología.

A través de los programas que desarrolla esta ONG, las jóvenes se involucran en proyectos de tecnología para generar soluciones innovadoras a partir de reconocer problemáticas sociales en sus comunidades y sus entornos. “Desde que arrancamos, chicas jóvenes de entre 13 y 17 años ya han creado más de 200 apps innovadoras que dan respuesta a problemáticas presentes en su cotidianidad”, precisa Sayar.

Por su parte, desde hace años la empresa Medallia auspicia eventos y conferencias que son importantes para difundir la importancia de estas tecnologías. También han organizado charlas en colegios o visitas por parte de colegios a sus oficinas, para que chicos y chicas puedan ver cómo es trabajar en una empresa de estas características.

La baja matrícula en carreras de computación no es un fenómeno exclusivo de nuestro país, y tiene varios motivos según distintos estudios que se hicieron sobre el tema. La mayoría apuntan a que a lo largo de los años se fueron generando estereotipos (el «nerd») que alejan a los jóvenes de estas carreras. También creo que hay un componente muy grande de desconocimiento: los jóvenes no saben bien qué quiere decir estudiar computación, y muchas veces las materias de los colegios secundarios, que suelen estar orientadas a ofimática, nos juegan en contra”, problematiza Santiago Ceria, vicepresidente de ingeniería y director de la oficina en Buenos Aires de Medallia.

De acuerdo a la perspectiva de Ceria, quien además es profesor del DC, el sector global del software ha crecido fuertemente en los últimos años y esto también sucedió en Argentina. “Las tecnologías relacionadas con el software son muy adecuadas para el trabajo remoto, haciendo que el sector esté menos atado a la economía local. Con respecto a Medallia, crecimos mucho en Argentina en los últimos años y esperamos continuar creando puestos de trabajo interesantes para graduados de computación en el país”, concluye el especialista.

Las motivaciones para estudiar una carrera en informática son múltiples: no sólo es una carrera interesante, entretenida y atractiva para entender el mundo tecnológico que nos rodea, sino que también es una de las industrias mejor remuneradas y que más crece del país, lo cual permite crear un capital de soluciones de conocimiento y de valor agregado para el desarrollo económico nacional. Tal es así que presenta un abanico de posibilidades laborales. Como ejemplo de ello, los graduados y graduadas del DC trabajan en toda clase de empresas u organizaciones que requieren profesionales de alta formación, investigan en ciencias de la computación, así como también fundan sus propias empresas de tecnología.