El 26 de noviembre de 2022 falleció Ernesto García Camarero, el primer formador de programadores de Exactas-UBA y organizador esencial de la instalación de la computadora Mercury de Ferranti, más conocida como “Clementina”. García Camarero fue un matemático español discípulo de Julio Rey Pastor, quien lo invitó a Buenos Aires en 1960 para incorporarse al Instituto de Cálculo. Esta nota es un breve reconocimiento a su labor en Argentina.
Por Raúl Carnota (Programa de Historia FCEN-UBA).
¿Quién entendía de computación cuando en 1960 llegaron al país las primeras computadoras? Entre ellas estaba el equipo Mercury, la célebre Clementina, destinado al recién creado Instituto de Cálculo de la FCEN. La única persona que había tenido contacto con un equipo similar era el Dr. Simón Altmann, un químico que, junto a los matemáticos Alberto Gonzalez Dominguez y Manuel Sadosky, habían seleccionado la computadora y puesto los cimientos institucionales del Instituto de Cálculo. Sin embargo la organización de un centro de cómputos no era su metier y todo estaba por hacer. Aquí es donde surge la figura del matemático español Ernesto García Camarero.
Discípulo del célebre matemático Julio Rey Pastor, García Camarero había trabajado en Roma con una computadora de Ferranti predecesor de la Mercury. Invitado por su maestro, llegó Buenos Aires en 1960 y fue contratado para la organización del servicio de cálculo y la formación y dirección de los programadores del flamante Instituto. Como jefe de programación era el responsable del análisis funcional de los problemas y de los programas realizados en el Instituto, del buen uso de la sala de máquinas, y de la programación y distribución de los tiempos. Elaboró las normas y procedimientos para el funcionamiento del servicio, escribió manuales de los lenguajes de programación, formó programadores y operadores y creó y mantuvo la biblioteca de programas.
La importancia de García Camarero en esos años es inestimable. Victoria “Vicky” Bájar quién luego fuera la primer graduada de la carrera de Computador Científico, recordaba que García Camarero “tenía una gran visión de diferentes tópicos computacionales y participaba en casi todos los proyectos del Instituto de Cálculo, a nivel del enfoque, de metodologías y de procedimientos. Todos nos iniciamos con él, todos comenzamos nuestra formación computacional con él, y gracias él, aprendimos.”
Estos aportes fueron ampliamente reconocidos cuando retornó al país en mayo de 2011, como invitado especial en las Jornadas por el 50 aniversario de la puesta en marcha del Instituto de Cálculo.
A la par de su trabajo en la FCEN, García Camarero colaboró en el proyecto de construcción de una computadora para la Universidad del Sur (CEUNS) aportando la concepción y diseño del lenguaje máquina de la misma y de un intérprete de dicho lenguaje para ejecutar programas CEUNS en la Mercury.
En 1964, ya desvinculado del Instituto de Cálculo, fue contratado por UNESCO para organizar el Departamento de Matemáticas en la Universidad de Asunción del Paraguay. Allí se lo recuerda como un gran impulsor de la informática y estímulo y ejemplo de quienes luego fundaron la computación académica paraguaya. En esos años viajó frecuentemente a Buenos Aires y mantuvo contacto activo con el ambiente de la informática argentina e incluso colaboró en investigaciones en Machine Learning, como recuerda su amigo Hugo Scolnik.
Vuelto a España en 1968, desarrolló una trayectoria profesional muy destacada: fue director del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid y del de la facultad de Informática de la Politécnica, pionero en Arte Cibernético y desarrollador del primer sistema español de automatización de bibliotecas (utilizado en la Biblioteca Nacional de España), entre sus múltiples actividades.
Siguiendo a su maestro Rey Pastor, García Camarero tuvo una amplia producción en el campo de la Historia de la Ciencia: publicó varios libros y numerosos artículos en torno a la historia social de la ciencia en España y fue presidente de la Sociedad Española de Historia de la Ciencia.
Sus intereses múltiples lo convirtieron en un intelectual destacado en la vida cultural, social y política, con activa participación en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid del cual fue presidente.
Desde su juventud en España, en los años de la resistencia al franquismo, fue un hombre comprometido socialmente en las luchas por un mundo mejor, más justo, sin guerra y sin explotación.
Junto a una extraordinaria erudición, se destacaba su ácido sentido crítico y subversivo del orden establecido.
Ernesto García Camarero murió en Madrid el 26 de noviembre pasado a la edad de 90 años.
Pocos meses antes, en febrero de 2022, se había presentado el libro “Un Científico Humanista: Conversando con Ernesto García Camarero”. Su autora, Luz Macias, lo cierra así:
“Humildemente espero haber sabido retratar su personalidad desde su aspecto mas íntimo y humano. Y que su alma Idealista, poética, elegante, divertida y, sobre todo, noble haya quedado reflejada”.

Garcia Camarero en el Aula magna del Pabellon 1 durante las Jornadas Sadosky de 2011, exponiendo la arquitectura de Clementina

García Camarero dando clases en el Pableelon 1 de Ciudad Universitaria circa 1962

Garcia Camarero a poco de llegar a Buenos Aires, junto a Rey Pastor

Garcia Camarero en su casa de madrid en agosto de 2022, Consecuente con sus convicciones