Emilio Platzer es Licenciado en Ciencias de la Computación (UBA). Se especializa en desarrollo de software y coordinación de equipos Full Stack. Actualmente es Senior Manager en Simcorp, una empresa global de tecnología que se fusionó con Axioma para integrar una plataforma de gestión de inversiones líder en la industria y el mejor sistema de análisis de riesgo. 

Desde agosto de 2023 es profesor adjunto del Departamento de Computación (DC) – Exactas UBA- retornando después de casi 15 años como docente del DC, institución en la que tuvo una extensa carrera enseñando hasta el año 2008.

En esta sección especialmente dedicada a conversaciones con nuevos (y no tan nuevos) profesores, Emilio nos cuenta sobre su rol docente y su destacada presencia en una empresa global de servicios de software para inversionistas.

Desde mucho antes de recibirte fuiste docente en Computación. ¿Cómo fue este extenso paso por el DC y por qué habías decidido dejar la docencia?

En mi carrera docente comencé como ayudante de segunda en el CBC. Luego de cursar Matemática Discreta, en 1990, Irene Loiseau, su profesora, me animó a concursar como ayudante en su materia. Guillermo Durán (hoy decano de Exactas) era el jefe de trabajos prácticos y nos tocó modernizar la materia para el nuevo plan de estudios (de 1993 donde la materia pasaba a llamarse Algoritmos y Estructuras de Datos 3), ahí me tocó junto a Oscar Lin (hoy profesor, en ese momento ayudante) y a Darío Robak (hoy en un alto cargo en Globant) preparar el nuevo taller de la materia. Ahí fuimos pioneros en utilizar casos de prueba automáticos como esqueleto de la arquitectura de los trabajos prácticos.  

Mi último cuatrimestre de ayudante tuve la suerte de trabajar con Nicolás Kicillof (hoy General Manager en Amazon) en la materia Aspectos Recientes de la Programación Funcional. Nunca aprendí tanto dando clases, llevé a extremos increíbles mis conocimientos y gustos sobre programación funcional. Eso de que la mejor manera de aprender es enseñar se empezó a demostrar claramente en mi experiencia a partir de ese momento.

Cuando me recibí concursé para ayudante de primera y a los dos años como jefe de trabajos prácticos. Enseguida pasé a Organización del Computador 2 a trabajar junto con la profesora Patricia Borensztejn durante nueve años. Así tuve el honor de trabajar con dos de las mejores profesoras del DC. 

Cuando creí que no se podía tener más de dos materias favoritas dicté también Teoría de Juegos (otra vez junto a Durán, y también con Pablo Coll y Ariel Arbiser). Cerré esa etapa en el 2008, los últimos tres años como profesor de Organización 2. 

Durante trece años trabajé en el INDEC y en el 2008 me fui a trabajar a una empresa privada pequeña, lo que hoy llamamos una startup; la cantidad de horas que trabajábamos era agotadora. Llegué de la mano de Mariano Absatz, también docente de Exactas y uno de los fundadores de Internet en Argentina. Fue una experiencia increíble haciendo videojuegos pero tuve que renunciar a la docencia. No había manera de hacer las dos cosas. 

La verdad que me arrepentí mucho, porque no tendría que haber dejado y después volver a insertarse siempre es más difícil.

Supongo que hoy el regreso, después de tantos años, es positivo…

Estoy muy contento de haber vuelto, fundamentalmente a mí me gusta mucho dar clases. Ingresé en el segundo cuatrimestre de 2023, en la materia Bases de Datos, aunque luego estuve un cuatrimestre prestado en Algo 3 por una situación particular, pero hoy sigo en Bases.

Hoy tenemos un edificio nuevo y lindísimo como el Cero más Infinito, con aire acondicionado, sillas cómodas y un ambiente muy agradable para estudiar y enseñar. Los estudiantes vienen más contentos y se nota mucho la diferencia. Antes uno antes daba clases de todos modos pero eran otras condiciones y muchas veces no me planteaba otra cosa. La verdad que está muy bueno que a uno le dé más ganas venir a Ciudad Universitaria y esperemos que siga así.

¿Podrías contar un poco sobre la empresa y el equipo con el que trabajás?

Estoy trabajando en Simcorp, una empresa global de software fundada en Dinamarca, que a fines de 2023 se fusionó con Axioma, la empresa fundada por Sebastián Ceria, reconocido matemático graduado de Exactas. El departamento en el que estoy desde hace tres años es el mismo que estaba en Axioma, dedicado a herramientas para el análisis de riesgos financieros. 

En la oficina de Argentina hay más de 60 personas trabajando y en mi equipo son 5. Lo interesante es que cuando Axioma abrió su oficina en Buenos Aires (impulsada por Nicolás Kicillof, que era el CTO) lo hizo focalizando su interés en los egresados de Exactas y le interesan cada vez más porque se sigue contratando gente de la facultad, especialmente egresados de Computación y Física. De hecho en mi equipo más del 50% son graduados de Exactas. Y cuando se abren posiciones nuevas, la gente de Exactas demuestra un excelente nivel.

En el caso de mi puesto, soy uno de los Senior Manager de desarrollo y mi equipo en particular se dedica a experiencia del desarrollador (DEV XP que es como la UX del desarrollador) y a la seguridad informática.

¿Cuál es el valor de Simcorp como empresa B2B?

Nuestros clientes son empresas, en general empresas globales de finanzas e inversiones, que a su vez asesoran a otras empresas y a grupos de inversionistas.  En este contexto, Simcorp presta servicios a través de varios productos de software, no es un software que comúnmente se comercializa sino que es un software que incluye un conocimiento de valor y unos algoritmos, que incluye varios procesos y datos (curados). Es un servicio completo e integrado que tiene esta especificidad. Entonces nuestros clientes confían en los datos que nosotros proveemos, aunque también traen datos propios y usan nuestros algoritmos para hacer distintas cosas. En nuestro equipo en particular desarrollamos lo que se llama “cálculo de riesgo de portfolio de acciones”.

¿Cómo se entiende el riesgo en este contexto y de qué modo las técnicas computacionales ayudan a mejorar estos cálculos?

Para calcular el riesgo uno de los desafíos es conocer el precio de las cosas y esto tiene que ver con quién es tu cliente. Porque si tu cliente invierte y querés calcular el riesgo de inversiones, no te podés limitar a los instrumentos de inversión que cumplen con la teoría sino que tenés que poder trabajar con los instrumentos de inversión en los que tus clientes invierten. Si tus clientes invierten solamente en acciones de la bolsa es muy fácil porque las acciones tienen un precio definido. Pero cuando sus portfolios y carteras de inversión incluyen muchas otras modalidades, como bonos, contratos, monedas, etc. entonces necesitás algo que sea más flexible. Y para algunos de esos instrumentos, calcular o estimar un precio es algo muy difícil, porque en general el precio de algo es el precio al que la gente compra y vende, no es el deseo de vender o de comprar, es el precio efectivo en que las transacciones se están haciendo.

Cuando alguien invierte en algo que es único o que tiene poco movimiento nos preguntamos cuál es el precio. Entonces tenemos un equipo donde hay físicos de Exactas que se ocupan de calcular precios de bienes que usualmente no están definidos, porque se necesita saber el precio diario de esos bienes. Con ese fin se hacen estimaciones estadísticas, con algoritmos que surgieron de papers y de investigación concreta para desarrollar métodos numéricos que puedan estimar esto efectivamente. Y la realidad es que usualmente se invierte en tantos activos que no todos tienen un precio tangible e incluso faltan datos para poder estimar esto.

Lo interesante y complejo para nuestros científicos de datos es que a veces los datos no están. Y para las fórmulas que uno usa en estos modelos, se necesita que el dato esté. Y si el dato no está, principalmente hacemos una estimación con lo que se llama “teoría de estimación” para poder llenar un modelo con otro modelo, no sólo porque no tenemos los datos sino también porque el riesgo es un dato que no tenemos, porque el riesgo no existe como tal, es un concepto abstracto que hasta que no pasó resulta inasible. Hay unas medidas aceptadas y convenidas y hay unas fórmulas de riesgo que se pueden calcular, dada una variable que son los precios, pero si no tenemos ese dato; entonces hay que calcular primero los precios.

Pero cuando hablamos de riesgo uno suele imaginarse pérdidas económicas, ¿es tan así o es algo más complejo?

Es algo más complejo que una pérdida económica, porque en general las ganancias y las pérdidas son contra una medida. ¿Qué significa perder o ganar? Si vos ganaste más de lo que ganaron los otros, ganaste sin ninguna duda. Pero si todos los demás ganaron mucho más, entonces ¿ganaste o perdiste? Te equivocaste en tu inversión porque todos los demás ganaron mucho y vos muy poco. Entonces hay una cosa que se llama Benchmark, que es contra qué te comparás, y otra cosa son tus expectativas y tus necesidades. Depende lo que hagas y en qué inviertas, vas a sentir que ganaste o perdiste, es relativo. Depende de tus expectativas, necesidades y de tu negocio, es decir, de cómo está definido ese negocio que puede implicar no sólo la rentabilidad sino otros beneficios como, por ejemplo, el crecimiento.

¿Los algoritmos y técnicas computacionales están mejorando estos cálculos?

Todo el tiempo se diseñan algoritmos nuevos o bien parámetros nuevos para ciertos algoritmos. También hablamos de métodos de pricing nuevos: cómo le ponemos precio a las cosas que no tienen precios, cómo uno querría que el precio sea una función continua. Por ejemplo, este edificio que está en la Avenida 9 de Julio a dos cuadras del obelisco, ¿cómo se puede concretamente obtener su precio? Necesitamos una función definida todo el tiempo, porque continua no lo es.

En tu equipo trabajan principalmente en experiencia del desarrollador, ¿podrías explicar de qué se trata y cómo se relaciona este tema con la empresa?

Creo que las técnicas de desarrollo de software mejoraron muchísimo. Y a lo que me dedico desde hace tiempo son las bases de datos y la experiencia del desarrollador de software.

Es una tarea nueva que implica que la gente trabaje mucho más cómoda y la tarea sea más eficiente logrando un código más seguro. Esa es mi especialidad, escribir código más seguro, código más rápido, con un desarrollador o un programador, que trabaje con mucho más confort. Que no tenga miedo o inseguridad con el tema de que un posible error “tonto” le arruine el trabajo porque se distrajo un minuto, algo que a todos nos pasa.

Hoy las técnicas avanzaron claramente en esa área y dentro de la empresa mi especialidad tiene que ver con mejorar la seguridad y el confort del programador para que trabaje mejor, más contento, que produzca más. Ojo: en este caso “más” no significa necesariamente más código, sino mejor calidad de código, código más seguro y con mejor comunicación entre programadores. En eso se avanzó con saltos cualitativos importantes.

Por último, ¿cómo influyen los avances de la inteligencia artificial (IA) en este proceso?

En los últimos meses la IA, que antes estaba muy “en pañales”, ya es una aliada del desarrollador y especialista en software. Tengo una frase que dice: “A veces parece que la IA hace más fácil lo que ya es fácil, pero lo que es difícil lo hace más difícil”.

Si bien daría la sensación de que en muchos casos la IA no va a servir, afirmo que es al contrario ya que muchas veces un profesional experto está en la situación de tener que usar otra herramienta, otro lenguaje, o estar en otro contexto, y la IA también le da una solución para hacerlo más fácil de acuerdo a esas necesidades. Antes había un montón de herramientas automáticas, casos de prueba, y distintas formas de trabajar y de comunicarse que servían para hacer mejor código para el programador.

Claramente hoy una parte de esas herramientas están dadas por la inteligencia artificial. Está incorporado en este proceso de “construir cada vez mejor software”, repitiéndonos menos y aburriéndonos menos. No sólo es confort, hoy deberías aburrirte menos con la tarea. Porque antes programar implicaba un montón de cosas pesadas, repetitivas que había que hacer (con el “setup” de volver a escribir la misma lista en un montón de lugares).

Hoy toda esa parte del desarrollo que era realmente tediosa, está minimizada. Cada vez es más lindo programar, y eso también es gracias a todas estas herramientas. Creo que es la parte más interesante del trabajo, y es algo que vale la pena, y que siempre lo implementé en otras empresas donde trabajé.

Aún así, más allá de cualquier avance tecnológico, las ganas de aprender no tienen que parar nunca: si tenés intactas tus ganas de aprender, vas a programar cada vez mejor y resolver cada vez mejor los problemas para lograr un trabajo de calidad en desarrollo de software.