La supercomputadora “Clementina XXI” se encuentra instalada en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y será de uso compartido con fines de investigación entre todo el sistema nacional de ciencia y tecnología. El doctor Esteban Mocskos, profesor del DC e investigador de CONICET, es uno de los integrantes de la Comisión de Gobernanza de la supercomputadora y en esta nota nos cuenta el estado actual del proyecto.
Como parte del proceso de instalación de Clementina XXI, se hicieron las pruebas estándares para preparar el ranking Top 500 en donde se ubican las supercomputadoras más rápidas del mundo. Resultó que Clementina XXI, aún sin haberse completado su instalación, quedó ubicada entre las 200 más poderosas del mundo, puntualmente se ubica número 196 en el ranking de las computadoras con mayor poder de cómputo.
La supercomputadora funcionará en el Data Center del SMN. El proyecto completo que incluye el equipamiento y la adecuación del lugar asciende a más de 7 millones de dólares y será de uso abierto para la comunidad científica y tecnológica de Argentina. Clementina, un nombre asociado a una época de gloria del sistema científico nacional, representa nuevamente un hito histórico y un salto cualitativo para el país.
Su adquisición fue articulada en el marco de la Iniciativa Nacional de Supercómputo, implementada conjuntamente entre los ministerios de Ciencia y de Defensa, el SMN y el CONICET, licitada por la empresa Lenovo y financiada por el Ministerio de Ciencia con fondos provenientes de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Para administrarla y definir sus políticas de uso, desde el Sistema Nacional de Cómputo de Alto Desempeño (SNCAD) se estableció la Comisión de Gobernanza de Clementina XXI conformado por cinco expertos pertenecientes a esta red nacional de centros de cómputo de alto desempeño del sistema científico y tecnológico argentino.
El doctor Esteban Mocskos, uno de los integrantes de esa comisión, explica sobre los pasos a seguir del proyecto: “Desde esta comisión, venimos trabajando hace más de un año y medio junto a otros expertos de CNEA, CONICET y universidades, con los que desarrollamos una propuesta de administración, delineamos un reglamento de uso de la supercomputadora y preparamos el desembarco de los usuarios para cuando se termine el proceso de instalación de la máquina. Puntualmente, habrá un equipo de administradores (de CABA, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Rosario) con la expertise necesaria para administrarla, para complementar al equipo de administradores del SMN”.
Y aclara que, a pesar de haber logrado que por primera vez en la historia una supercomputadora argentina esté en el Top 500 de las máquinas más rápidas, “empezaron a surgir algunos detalles usuales de funcionamiento en la instalación, entonces el equipo todavía no está entregado y no se completó el pago porque tiene que clasificar, hacer ciertas corridas y se tiene que cumplir con las especificaciones, requisitos técnicos y de funcionamiento que están indicados en el pliego, para que finalmente el proveedor reciba el certificado de aceptación y libere el equipo para que nosotros podamos administrarlo”.
Usos de Clementina XXI
Esta supercomputadora será indispensable para estudios de genómica, diseño de fármacos, nuevos materiales, diseño industrial, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, modelado de sistemas complejos y confección de pronósticos meteorológicos, entre otras funciones.
Todo investigador o investigadora podrá presentar proyectos para utilizar tiempo de cómputo, los que serán evaluados por el comité de expertos que asignará los recursos computacionales a cada uno de ellos. El 10 % del tiempo estará reservado para el uso del SMN.

Dr. Esteban Mocskos
“La máquina tiene como propósito principal la investigación, no la producción, y la idea es que diversos centros científicos y tecnológicos del país se apropien de un uso abierto. Más allá de que en el futuro pueda surgir la posibilidad de usar cierta proporción de horas de cómputo para fines de producción. Primero, seguramente, la usarán una decena de usuarios que tienen mucha experiencia en supercómputo, y no necesitan capacitación, para poder poner a prueba la máxima capacidad de la máquina. Luego se irá entrenando a usuarios sin tanta experiencia en este tipo de equipamiento, para que puedan aprovechar sus potenciales y generar una demanda de nuevos usuarios, que usualmente no saben que existen estas herramientas o desconocen sus posibilidades”, subraya Mocskos, quien tiene como principales antecedentes haberse ocupado de la administración de la supercomputadora TUPAC (instalada en el Centro de Simulación Computacional de CONICET) y del CeCAR (Centro de Computación de Alto Rendimiento de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA).
Cabe recalcar que el Data Center del SMN, donde está alojada la supercomputadora fue modernizado por el Ministerio de Defensa para poder albergar este equipo que utiliza las técnicas de refrigeración más modernas del mundo. Clementina XXI, al ser cuarenta veces más potente, complementará a Huayra Muyu, la computadora más poderosa instalada hoy en el país utilizada por el SMN que seguirá encargada de hacer su pronóstico operativo.
La primera computadora de uso científico, denominada “Clementina”, se puso en funcionamiento en el país en 1961 en el Instituto de Cálculo de la UBA, bajo la gestión del científico y matemático Manuel Sadosky, considerado el padre de la computación argentina y fundador de la carrera Computador Científico de Exactas UBA.