El 15 de mayo de este año se cumplió el 54º aniversario de la puesta en funcionamiento de Clementina, la primera computadora científica de la Argentina.
Clementina, una computadora modelo Mercury de la compañía británica Ferranti, comenzó a funcionar el 15 de mayo de 1961, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Más precisamente en el Pabellón 1 de Ciudad Universitaria, sede actual de los departamentos de Computación, Matemáticas y Física.
El 18 de noviembre de 1957, en la primera sesión ordinaria del flamante Consejo Directivo que acababa de elegir al Dr. Rolando V. García como Decano, se decidió constituir una comisión formada por los doctores Alberto González Domínguez, Manuel Sadosky y Simón Altmann para que estudiaran la “organización y gobierno del Instituto de Cálculo y presentaran un proyecto de reglamentación y plan de necesidades”.
Esa comisión fue la base del Instituto de Cálculo: la computadora adquirida en 1958 tras la correspondiente licitación, la Mercury de Ferranti, compañía basada en Manchester, llegó al puerto de Buenos Aires el 24 de noviembre de 1960, al Pabellón I (por aquel entonces en construcción) de la Ciudad Universitaria el 7 de diciembre, luego de unas cuantas pruebas, dieron comienzo el uso de la computadora (con un curso de entrenamiento) y las actividades del Instituto de Cálculo, bajo cuya égida estaba la legendaria Clementina.
En este proceso de surgimiento y avance de la disciplina en el país, cabe destacar la labor de Sadosky, matemático considerado por muchos el “padre” de la computación argentina. Su tarea fue esencial en la creación del Instituto de Cálculo (1960) y de la carrera de Computador Científico (1963), cuyo objetivo fue formar auxiliares de científicos que pudieran usar eficientemente la computadora como poderosa herramienta de cálculo.
Esta reseña es apenas un resumen de este importante período histórico. La historia detallada puede consultarse aquí.
Homenaje a una generación pionera
En el año 2011 el Departamento de Computación celebró con toda la comunidad el Cincuentenario de Clementina, no sólo con el objetivo de conmemorar la llegada de la computadora al país sino también de homenajear a la generación que sostuvo ese proyecto pionero. En este marco, se desarrolló una amplia gama de actividades, que abarcaron desde un concurso literario y una obra de teatro hasta conferencias y mesas redondas con muchos de los que protagonizaron aquella aventura y que hoy son renombrados profesionales y científicos. Todo esto permitió honrar a los pioneros y soñadores de entonces y establecer contacto entre ellos y los estudiantes e investigadores que hoy en día mantienen vivo aquel ideario fundacional.
